A inicios de macerando ando recomendé realizar los macerados
con cepa quebranta y no me olvido, fue
un amor de uva y ambos nos respetábamos. Increíbles momentos, era difícil dejar
de verla un día.
Sus burbujitas eran un deleite mientras se “cocinaba”,
experimentar con ella fue genial. Intenté cambiarla pero ella no me dejaba, me atraía
de nuevo para mis eventos o reuniones que participaba. Quebranta, fuiste mi gran amor. Me era difícil cuando intentaba
decirte que quería cosas nuevas y no lo permitías. Por años no pude despegarme de ese aroma neutral que tanto me ayudó.
Visité distintos lugares, degustaba, realizaba pruebas pero
no pude darle ese toque más que buscaba. Anhelaba cambiar mi creación, romper
mis esquemas.
Al fin me topé con una cepa, no muy conocida que por cierto cuando
la escuché por primera vez pensé que era algo raro, “chusco”, mi ignorancia en
la materia me dio contra la pared cuando la probé por primera vez. Lo recuerdo
muy bien como internamente llegaba a mi olfato y cargaba mi alma de una vibra difícil
de describir, la llamé novedad. Y claro inicie pruebas para la cocinada, me fue
y me va muy bien.
Te amé quebranta pero no podía ocultarlo más, la Uvina se
cruzó en mi camino y cambió nuestra relación.
Salud !